Sunday, April 3, 2016

La Soberbia 2º articulo

DE LA SOBERBIA DE LA VIDA

EL MAL

2º articulo



Con la soberbia va junta la vanidad, por la que procuramos desordenadamente la buena estimación de los demás, su aprobación y sus alabanzas.  Es lo que suele llamarse la vanagloria.  Porque como nota Bossuet “si esas alabanzas son falsas o injustas, ¡cuán triste es el engaño mio al complacerme tanto de ellas!  Y, si fueren verdaderas, ¿de dónde me viene el otro engaño, de deleitarme menos de la verdad que del testimonio de los hombres?”  Cosa extraña, en verdad, que cuidemos más de la buena estimación de los hombres que de la virtud misma, y que mayor vergüenza tengamos de un yerro público que de un pecado secreto.  Quien se dejare llevar de este vicio, no tardara en ver nacer otros:  la jactancia, que inclina a hablar de sí mismo y de los propios buenos éxitos; la ostentación, que procura llamar la atención de los demás con lujo y el fausto; la hipocresía, que finge por de fuera virtud, sin cuidar de adquirirla. 

Adolphe Tanquerey

Friday, April 1, 2016

LA SOBERBIA 1er articulo por Adolphe Tanquerey

DE LA SOBERBIA DE LA VIDA

EL MAL

1er articulo





          La Soberbia, dice Bossuet, “es una depravación más profunda; por ella el hombre, a sus anchas, considerase como dios de sí mismo, llevado del exceso del amor propio”.  Olvidado de que Dios es su primer principio y su ultimo fin, hace excesivo aprecio de sí mismo, estima sus buenas cualidades, verdaderas o falsas, como si fueran suyas, sin referirlas a Dios.   De aquí procede el espíritu de independencia o de autonomía, que le impulsa a sustraerse a la autoridad de Dios o de sus representantes; el egoísmo,  que le mueve a obrar para sí, como si fuera su último fin; la vana complacencia, que se deleita en la propia excelencia, como si Dios no fuera autor de todo bien; que se complace en las buenas obras, como si estas no fueran primera y principalmente efecto de la acción divina en nosotros; la tendencia a exagerar las dotes propias y a atribuirse lo que no se posee, a anteponerse a los demás, y aún a despreciarlos, como hacia el Fariseo.